lunes, 31 de octubre de 2022

MI HIJO ME DIO POR EL CULO.

 

Confesión; Anónima.


He pensado mucho antes de escribir este relato. Pero me decidí hacerlo, al leer otros relatos parecidos y por que creo que los lectores pueden ayudarme a tomar una desición al respecto.


Me llamo Maria. Me casé a los 26 años. Mi esposo tiene 38 años. Tengo un hijo de 19 años el se llama Benjamin. El no es hijo de mi actual esposo. Mi esposo trabaja como agente de ventas en la fábrica donde nos conocimos. Por su trabajo, el viaja a provincias y se queda allí por una semana. El está en casa una semana, y la otra está fuera. 


Yo salí embarazada. Mi padre me regañó y casi me bota de la casa. Pero mi madre me defendió y por ella seguí estudiando y terminé mis estudios.


Mi madre crió a mi hijo hasta los 4 años. Despues yo me puse a trabajar en una fábrica y me fuí a vivir a un departamento alquilado. Contraté a una persona para que cuide a mi hijo mientras yo trabajaba.


Gracias a dios, en la fábrica donde trabajaba, me iba muy bién ganaba buen sueldo, y era bien vista por mi jefe. Me cuidé mucho para no cometer otro error.


Mi hijo benjamin, era muy dependiente de mi. Cuando me iba a trabajar, lloraba mucho. Pero poco a poco se acostumbró. En la tarde cuando llegaba, ya no se desprendía de mí. Yo le seguía dando mi teta. Aunque ya no salía leche. Pero a el le encantaba chupar mis tetas.


Dormíamos en una cama los dos. El todas las noches chupaba mis tetas hasta quedarse dormido. Así fué creciendo. Y cuando tenía 9 años, conocí al que ahora es mi esposo. Estuvimos enamorados por 10 meses, y decidimos casarnos.


En el tiempo que yo estaba saliendo con mi esposo, traté de ya no darle mis tetas a mi hijo. Pero el no quería dejarlas. A pesar de que ya casi tenía 10 años, todas las noches chupaba mis tetas. Si no le daba, el lloraba desconsoladamente y a mi me daba mucha lástima verlo llorar. Y terminaba dándole mi teta.


Faltando solo 20 días para la boda, recién le separé a otra habitación. Allí le escuchaba llorar pero me puse fuerte y ya no cedí a su llanto.


Ya casada, pasaron los años. Pero no llegué a tener otros hijos con mi esposo. Nos hicimos chequeos médicos, y el médico dijo que mi esposo era estéril. El lo tomó de buena manera y me dijo que con benjamín era suficiente.


Yo estoy contenta con mi esposo. El es muy bueno. Quiere mucho a mi hijo, y en la cama es bastante bueno.


Cuando creció mi hijo, yo noté que el me miraba mucho el trasero. Algunas veces lo pillé mirándome al darme vuelta repentinamente. El se ponía nervioso y se iba. Yo pensaba que era por su edad. Y por que la verdad tengo un trasero grande. Entonces dije: será por que mi trasero es provocador. Y pensé que ya se le pasará.


Iba pasando el tiempo, y cuando mi hijo ya tenía 18 años, noté que el me espiaba cuando entraba a la ducha a bañarme. Él estaba pendiente al momento que yo salía de la ducha para mirarme. Pero yo siempre salía cubierta con la toalla. Solo dejaba ver mis piernas. Pero sin mala intención. Así lo hacía siempre. La verdad no creía que eso alimentaría el morbo de mi hijo.


Despues noté que me faltaban calsones. Yo dejaba mis calsones en un cesto de ropa sucia junto a la lavadora. Y cuando los iba a lavar, no los encontraba. Al día siguiente los encontraba en el cesto. Y nunca los revisé ni nada.


Noté también que mi hijo trataba de estar mas cerca de mí. Me abrasaba y me decía que estaba muy linda. Pero yo lo tomaba como el alago de un hijo y no le daba mayor importancia.


Hasta que un día me propuse investigar que pasaba. Dejé mi calsón como siempre en el cesto, y me fuí. Al rato ví que mi hijo se acercó al cesto y sacó mi calsón y se lo llenó al bolsillo. Luego se fué a su cuarto.


Yo esperé un buen rato, y cuando salió de su cuarto, le dije que por favor necesito que me vayas a comprar un refreso a la tienda. Y cuando el salió. Yo fuí a su cuarto y encontré mi calsón, mojado con semen. Entonces recién me dí cuenta que mi hijo se masturbaba con mis calsones.


No supe que hacer. No le dije nada a mi esposo. Pero me despertó la curiosidad de ver a mi hijo masturbándose con mis calsones. Entonces, un día dejé mi calsón sucio en el cesto como siempre, y disimuladamente, aguardé hasta que mi hijo lo tomara. El ni se dió cuenta que yo le estaba espiando. Se fué a su cuarto, y despues de un minuto, yo me acerqué a la puerta de su cuarto y miré por la avertura de la puerta.


El estaba con el pantalón abajo, y con una mano sostenía mi calsón en su naríz y con la otra se masturbaba. Después el ponía mi calsón en su verga y allí derramaba su semen al ver esta escena, me exité un poco. Pero inmediatamente me repuse y me retiré de la puerta.


Después de una semana le dije a mi hijo: Benjamin: cuando me vas a presentar a tu enamorada? El me dijo: algún día será mamita. Por ahora solo quiero mirarte a ti. Yo le dije: no seas gracioso. Tu eres un chico muy guapo. Seguramente muchas chicas estarán detrás tuyo. Espero conocer pronto amigas tuyas. El me dijo: si mami no te preocupes. Ya te voy a presentar a tu nuera. Y se salió.


Una tarde en que no estaba mi esposo, salí con mis amigas. Era aniversario de bodas de una de ellas. Volví tarde a mi casa, me acosté, y al rato siento que abren la puerta de mi dormitorio. Que por cierto no se puede asegurar por que la chapa está malograda. Me quedo en silencio, y como estaba acostada de lado mirándo a la puerta, vi que mi hijo entró, y despacito se acercó a mi cama.


Yo me quedé helada. No me moví. Entonces mi hijo, me dijo: mamá, mamá, yo no le respondí. Entonces mi hijo empesó a destapar las sábanas. Yo ya no pude aguantar más y me moví. Entonces mi hijo se salió corriendo de mi cuarto.


Me quedé pensando. Si no me muevo, seguro el me folla.


Al día siguiente, el me preguntó a que hora había llegado. Yo le dije que no muy tarde.


Así pasaron los días hasta que llegó la fecha de mi cumpleaños. Justo le tocaba a mi esposo viajar esa semana. Yo le dije que pidiera permiso como otros años, pero el me dijo que no podía. Mas bién invita a tus amigas y festéjalo en la casa me dijo.


El día de mi cumpleaños, invité a mis amigas que vinieron con sus esposos. Mi hijo estaba muy entusiasmado con la fiesta. Había comprado varias botellas de vino. El me dijo: mi papá me encargó que yo esté a cargo de la fiesta, y me dió dinero para comprar todo. El también había invitado a sus amigos.


Comimos y bebimos en la fiesta. Todos bailaban. Mi hijo no se separaba de mí. Me sacaba a bailar a cada rato. Yo le dije que también sacara a bailar a las invitadas. El me dijo que ellas tienen sus parejas. En cambio tu estás sola así es que yo seré tu pareja. Yo le dije: bueno está bién.


A cada momento mi hijo servía licor y me daba a beber. Yo bebía moderadamente. Pero el me decía: mamita hoy es tu cumpleaños. Tienes que disfrutarlo. Yo le dije: si pero no quiero marearme muy rápido. El me dijo: una vés al año que te marees no hace mal a nadie.


El seguía sirviendo vino a todos. Pero era a mí que me daba mas lleno del vaso. Entonces yo empecé a sospechar. Seguramente quiere emborracharme para así poder follarme.


Le seguí la corriente. Y como el estaba acelerado repartiendo copas por todo lado y poniéndo música para bailar, yo aprovechaba para dejar la copa y hacer como que ya había bebido. Mi esposo llamó por teléfono para preguntar como estaba la fiesta. Yo le dije que me estaba divirtiendo mucho.


Al cabo de un tiempo, la gente empesó a retirarse. Hasta que todos se fueron. Entonces yo le dije a mi hijo: ya bete a dormir que estoy muy mareada. Traté de simular mi embriaguéz. El me hiso caso y se fué a su cuarto. Al irse me dijo: ya mamita estás muy linda. Te quiero mucho. Yo le dije: yo también te quiero hijito. Y me fuí a mi dormitorio.


Yo estaba segura que él intentaría algo. Me acosté con una pijama que era como una polera larga. Me eché de costado. Mirándo a la puerta.


Apagué mi luz y esperé.


Después de diez minutos aproximadamente escucho que abre la puerta. Mi corazón empesó a latir con rapidéz. Trataba de conservar la calma y no moverme. Entró mi hijo, y me habló: mamita, mamita. Yo no contesté nada. Luego puso su mano en mi hombro y me movió. Mamá. Mamá. Yo no contestaba nada.


Entonces el empesó a retirar las sábanas. Lo tiró al piso. Luego empesó a levantar mi pijama. Lo levantó hasta mi cintura. Después empesó a bajar mi calsón. Yo estaba a punto de levántarme y decirle que haces. Pero me contuve y seguí inmovil esperándo ver que hacía.


El jalaba despacio mi calsón. Poco a poco logró sacarlo. Sentí que se lo llevó a la naríz y lo olía. Después el prendió la luz. Yo me asusté pensando que me descubriría que estaba despierta. Pero el también estaba un poco borracho. Y no era tan cuidadoso.


Puso su mano en mis nalgas, y susurró: que rico culo. Luego alsó una de mis nalgas para mirar mi ano. Pero como tengo el trasero grande, le era dificil acceder a mi ano. Entonces muy despacito me volteó. Poniéndome boca abajo. Luego alsó las sábanas que había tiradi al suelo, lo hiso como una bola y lo puso debajo de mi pelvis. Quedándo yo con el culo bién levantado por la sábana hecha bola debajo de mí. Después abrió mis piernas para tener mas acceso a mi culo.


En esa posición con mi culo a su disposición, abrió mis nalgas hasta encontrar mi ano. Puso su naríz justo en el agujero de mi culo. Lo olió varias veces. Susurrando despacito: que rico culo. Luego se atrevió a darme una nalgada con su mano. El estaba seguro que yo estaba borracha y que no me despertaría. Y como el también estaba borracho, no medía sus acciones. A mi me bastaba con estar con los ojos cerrados y sin moverme.


Después puso su lengua en mi ano. Lo metía lo mas que podía. Me dió varias lamidas. Yo ya estaba bién exitada con los manoseos de mi hijo.


Allí estaba yo abierta de patas, con el culo levántado listo para recibir la verga de mi hijo. El agarraba mis piernas. Iba recorriendo mi muslo hasta llegar a mi vagina. Allí se entretenía con mi vagina. Metiéndo sus dedos y jugándo con mi clítoris. Luego jaló mi pijama hacia mi cabeza y lo sacó. Quedándo yo totalmente desnuda ante los ojos lujuriosos de mi hijo.


El abrió la gabeta de mi mesa de noche donde tenía mis cremas. Agarró una de ellas. No se cual y sacando un poco con su dedo índice me lo puso en el culo. Metió su dedo hasta el fondo untando de crema mi ano. Luego puso su verga a la entrada de mi culo y de un empujón me lo clavó hasta el fondo.


Yo dí un gemido: haaaa. Pero me contuve. Para no gritar. Pero el como estaba borracho, ni se detuvo. Empesó a bombearme. Me daba nalgadas. Luego me agarraba las tetas las aplastaba. Las manoseaba a su antojo. Moviéndose con su verga dentro de mi culo, me decía cosas sucias obcenas. Eso me puso a mil.


Yo quería mover mi culo para sentir y darle mas placer. Pero apenas me movía casi imperceptible para el que estaba borracho. Quería mirar la cara de mi hijo. Y ver como ponía su cara al estar tirándose por el culo a su madre. Por momento el me jalaba de los cabellos gimiendo como un caballo.


Después me daba nalgadas sonoras. Y me decía: ahora si te romperé el culo puta de mierda. Me trataba con violencia y en una forma descarada y obcena. Ya no le importaba que yo me despertara. Me decía: que rico culo tienes. Este culo le das a tu marido. Ahora me lo das a mí. Eres una puta. Perra culona. Cuanto he deseado este culo. Toma mi verga. Cómete esta verga de un verdadero hombre. Toma, toma toma.


Así siguió por 20 minutos. Con su verga dentro de mi culo, me agarraba la vagina y me masturbaba el mismo. Yo sentía como mi culo se abría totalmente, para recibir la verga de mi hijo. Yo hacía un esfuerzo para poder aguantar esa verga que me destrozaba el culo.


Después empesó a gritar con todas sus fuersas: hay mamita, hay mamita, haaaaayyyy mamiiiiitaaaa. Y vació todo su semen dentro de mi culo. Yo sentí un chorro caliente que me llenaba las tripas. El se quedó un buen rato encima de mi culo. Luego se levantó. Me puso el calsón y el pihama. Me tapó como pudo con las sábanas y se fué.


Nunca nadie, ni mi esposo me habían dado verga por el culo de esa manera. Eso que mi esposo siempre me hace sexo anal. Pero con mi hijo fué otra cosa. No sé si es por su juventud o por que estaba borracho. Pero fué algo extraordinario. Creo que la juventud y la borrachera juntos hicieron que mi hijo me cachara de esa manera. Cuando se fué mi hijo, yo me seguí masturbando hasta llegar a un tremendo orgasmo.


Al día siguiente cuando nos vimos con mi hijo, el estaba de lo mas normal no me dijo nada yo tampoco le dije nada. Pero la verdad a mi me gustó lo que pasó y aunque con un sentimiento de culpa, quería que vuelva a suceder.


Después de dos meses, nuevamente volvió a cacharme de la misma manera. Yo fingiendo estar dormida y borracaha, y el rompiéndome el culo con ese ímpetu de semental arrecho.


Luego ha vuelto a pasar como tres veces más. Pero creo que yo debo parar esto. Pero no sé como. Pienso que si le digo a mi hijo que yo estaba despierta cuando el me metía su verga, el me dirá que por que lo permití. Y me tomará como una mala mujer. Por que yo creo que hasta ahora el cree que yo no setí nada.


Y si en el momento que está metiéndome su verga lo paro en seco y hago como que me desperté, pienso que se puede traumar. Y puede irse de la casa o empesar a consumir cosas, etc. O debo seguir dándole el culo a mi hijo. Y seguir fingiendo que estoy dormida. Aunque a veces creo que él ya sospecha que yo estoy despierta cuando me tiene ensartada por el culo.


Y por otro lado está mi esposo. No sé si decírselo a el o no.


La verdad estoy muy confundida. Por eso me decidí exponer mi situación. Para que alguien me aconceje. 


domingo, 30 de octubre de 2022

LOS ALBAÑILES DE LA BODEGA.

 


Confesión; Anónima.



Recientemente trabajo como auxiliar administrativa en una empresa de publicidad, y para llegar a mi trabajo debo tomar transporte público, ya que mi camioneta se averió. El microbús me deja a cuatro cuadras de mi trabajo, las primeras calles son un camino algo solitario pues casi no hay casas solo son terrenos, algunas construcciones abandonadas y hay una bodega de una empresa constructora, y necesariamente debo caminar frente a ese lugar para llegar a mi trabajo. Desde el primer día que tuve qué pasar por esa bodega pude ver que había seis albañiles todos ellos de entre 40 y 50 años, me llamó la atención que no usaban camisa solo vestían pantalón de mezclilla con cinturones de cuero y botas de trabajo desgastados, algunos traían paliacates en la frente para secar el sudor y sus cuerpos polveados con cemento pues iban cargando bultos para subirlos a un camión. Al verlos decidí cambiarme de banqueta y pasar lo más alejada de ahí para que no me fuera a ensuciar pues había polvo así que seguro pasé desapercibida para ellos.


Mas tarde al salir de mi trabajo eran como las siete ya cayendo el sol, al pasar frente a la bodega pude ver que ya habían terminado de trabajar y estaban sentados en unos bultos de cemento ahí adentro y tomando cervezas, lo que me dio un poco de miedo pues esa calle está sola y es un tramo muy largo, en la banqueta de enfrente hay un terreno muy extenso sin ninguna construcción en toda la cuadra, y a los lados de la bodega solamente hay otras bodegas abandonadas con portones viejos y un terreno muy grande en la esquina y las primeras casas comienzan casi al final de la siguiente cuadra o sea que ahí nadie podría ayudarme ni oírme aunque gritara, así que caminé un poco más de prisa para evitar que me vieran pero de pronto escuché que me comenzaron a silbar a modo de piropo y yo solo camine ignorándolos y sin mirarlos, y ellos comenzaron a decirme cosas muy sucias.


—¡Que buena estas mamacita! ¡Que ganas de meterte la verga en tu culito! ¡No corras que no muerdo nomas te cojo chiquita! —y otras cosas que no alcance a escuchar.


Típico que ven a una chica sola, desprotegida y le dicen vulgaridades, eso me puso muy nerviosa en ese momento el camino se me hizo eterno hasta que por fin salí de esa calle y di vuelta en la esquina para llegar a la parada del camión, lo abordé y llegué a casa.


Esa noche no podía dormir por estar pensando que diario tendría que estar pasando por ese lugar y que estarían ellos, lo que me daba algo de miedo, pero al mismo tiempo recordando las cosas que me dijeron, me hicieron sentir deseada, que un grupo de hombres quisieran hacerme suya, eso que escuché sobre meterme la verga en mi culito, cada que recordaba eso sentía una sensación en mi parte íntima que me ponía húmeda, solo pensar que esos hombres cuando me vieron pasar se imaginaron penetrándome y disfrutando de mi cuerpo. Todos los días al bañarme toco mi cuerpo pensando en gustarle a alguien desde que me separé de mi pareja porque me fue infiel, y a decir verdad en mi trabajo y con mis amistades he conocido hombres que me pretenden, pero ellos no me causan atracción, a mí siempre me han gustado los hombres rudos. Así que se me ocurrió que en lugar de tener miedo y evitarlos, trataría de disfrutar de esas vulgaridades que me dirían y sentirme deseada por esos hombres fuertes y sucios, que me veían con tantas ganas de cogerme.


Al día siguiente decidí ponerme una blusa negra de tirantes ajustada, unos jeans a la cadera que me quedaban muy entallados con rasgaduras que dejaban ver la suave piel de mis piernas, y que apretaban mi zona íntima marcando mi vagina y levantando mis nalgas, también me puse unos tacones negros. Así que yo sabía que si quería correr no podría, y tendría que caminar con seguridad. Les juro que mientras me vestía no dejaba de pensar en que esos hombres me verían pasar, prácticamente estaba arreglándome para ellos. Me maquillé como siempre y me puse perfume con aroma a frutas exóticas.


Caminé rumbo a mi trabajo y cuando faltaban unos 30 metros para pasar por la bodega pude ver que uno de ellos me miró y les aviso a sus compañeros mientras cargaban unas cubetas con arena, así que me preparé para pasar por ahí, pero esta vez decidí pasar junto a ellos para confrontarlos e interrumpirlos en sus labores. Al llegar ahí se me quedaron viendo con una mirada lujuriosa directamente a mis senos pues estaba escotada y a mi entrepierna la miraron como si quisieran meter su lengua en mi parte íntima, de inmediato sentí como me temblaron las piernas y un vacío en el estómago de los nervios.


—Adiós, señorita. —Me dijo uno de ellos. Lo que me hizo sentir un tanto aliviada pues hubo un poco de respeto.


—Adiós, buenos días. —Le conteste amablemente.


—Adiós, que le vaya muy bien. —Replicaron los demás.


Continué caminando unos cuantos metros, cuando de pronto escuché:


—Mamacita que ganas de comerte tu colita


—Sí yo sí me la cogía.


—Que ganas de enterrarle mi verga hasta el fondo. —Los escuche decir entre ellos de forma muy morbosa.


Después de oír eso supe que definitivamente esos hombres querían cogerme y hacerme de todo y que cada que pasara seria lo mismo y me excitó muchísimo todo el día en la oficina no deje de pensar en eso y solo miraba el reloj esperando fuera mi hora de salida.


Cuando salí de trabajar ya sabía que estarían tomado cerveza viendo a la calle así que decidí hacer algo que nunca había hecho, provocar a seis hombres a propósito, mostrándoles más de lo normal. Para ello antes de pasar por la bodega, me oculté detrás de un arbusto de esos que crecen en los terrenos por capricho de la naturaleza, para quitarme el brasier, me toqué los senos suavemente y pellizqué poquito mis pezones para excitarme, también me toqué el clítoris durante unos dos minutos pues necesitaba sentirme muy cachonda para lo que iba a hacer, por lo que mis pezones se pusieron duros y se marcaban en la blusa como dos montañitas, también jalé un poco hacia abajo mi blusa para mostrar más mis senos, justo antes de que se vieran mis pezones. Estando tan excitada y nerviosa caminé de forma muy femenina, y cuando iba a llegar a la entrada de la bodega, me sentí tan cachonda y ruborizada que estúpidamente en el último momento bajé uno de los tirantes del hombro para verme sexy lo que dejo ver ligeramente uno de mis pezones, de inmediato me arrepentí e iba a subirlo de nuevo pero entonces uno de los albañiles se asomó a la calle y se me quedo viendo, su cara reflejaba un morbo evidente pues no dejaba de verme los senos, ya no supe cómo reaccionar y deje el tirante abajo, vi que les hizo una señal con la mano para que salieran y en unos segundos ya los seis albañiles estaban afuera obstruyendo la banqueta y con sus cervezas en la mano listos para ver el espectáculo.


—Hola señorita ¿Cómo está? —Me dijeron mientras se comían mis senos con su mirada, eso me hizo ponerme húmeda.


—¿Hace poco que pasa por aquí verdad?


—Sí, recientemente comencé a trabajar cerca de aquí, por cierto, me llamo Alexandra, pero para mis amigos soy Alexa.


—Yo me llamo Carlos.


—Yo Jorge.


—Y yo Samael.


No recuerdo los nombres de los otros tres albañiles, los saludé de beso en la mejilla y por el movimiento mi blusa se bajó más y mi pezón rosita quedo completamente descubierto, pude ver como uno de ellos Carlos el más grande de edad se tocó el pene sobre su pantalón como excitándose, eso me puso nerviosa.


—Bueno, ya me voy, porque se pone oscuro y me da miedo.


—No te preocupes, nosotros aquí te protegemos, a ver qué día nos aceptas una cerveza. —Me propusieron mirándome fijamente a mi pezón descubierto.


—¿En dónde nos la tomaríamos? —Les pregunté coqueteándoles.


—Pues aquí si quieres, o tu dirás. —Me sugirió amablemente.


—¿Y su patrón no se enoja?


—No porque el anda ahorita de vacaciones, y además él casi no viene, siempre estamos solamente nosotros, como esta es la bodega de la constructora él nada más nos habla por teléfono para preguntar cuanto material hay.


Yo me excité mucho y me puse nerviosa, de inmediato paso por mi mente la posibilidad de estar ahí, yo sola, con esos hombres tomando una cerveza, me pareció excitante


—Ah está bien. Entonces ¿Que les parece si mañana vengo a esta misma hora? —Les pregunté con mi voz dulce y cachonda.


—¡Sí! Entonces mañana aquí te esperamos Alexa.


Yo me acomodé el cabello y subí el tirante de mi blusa, intentando hacer ver como que no fue apropósito y se había bajado solo, pero mis pezones estaban duros, excitados y yo toda nerviosa, creo que lo hice más evidente, así que me despedí de beso en la mejilla comenzando por Carlos, el que se atrevió a tocarse su verga frente a mí. Me retiré y seguí caminando muy femenina sintiendo mucha excitación en mi vagina, pues esos jeans se metían entre mi zona íntima de lo ajustados que estaban. Mientras me alejaba toqué sensualmente mis nalgas sobre mi pantalón y pude escuchar que los albañiles decían cosas sobre mí.


—Se ve que ese culo quiere verga.


—Al chile se ve que es bien puta.


—No mames ¿Sí viste como se le salió la teta?


—Sí güey, nomás quería levantarnos la verga.


Estuve a punto de regresarme pues tenía tantas ganas de que me cogieran, pero yo quería que fuera algo especial, así que decidí esperarme.


Al día siguiente en la mañana preferí no ir a trabajar, en lugar de eso, fui directamente a la estética para que me depilaran y me pusieran uñas. También pasé al centro comercial, me compre un brasier y una tanguita negros muy eróticos marca Victoria´s. Quería que fuese un encuentro que marcara mi vida, pues en esa ocasión seria yo la que visitaría a 6 albañiles para seducirlos y provocar que me follaran en esa bodega sucia, sin nadie que pudiese ayudarme. Esos hombres eran fuertes y rudos por el trabajo que hacían, y estarían ardiendo de lujuria por disfrutarme todos a la vez. Yo sabía lo que me podía pasar y aun así quería hacerlo, estuve muy nerviosa todo el día. Cuando regresé del salón de belleza pasé por un centro comercial en donde hay una sexshop, tenía mucho tiempo sin entrar a una, le pedí a la chica que me atendió que me vendiera un enema para limpieza anal, un lubricante con anestésico y un plug anal con adorno de corazón brillante que estaba hermoso, me recordó al que tenía cuando más joven. Me fui a mi casa y me apliqué los lavados anales, quede muy limpia y eso me dio mucha más confianza para practicarlo, hice un calentamiento con el plug anal que me vendió para ir dilatando mi ano y que estuviera relajado, lo que me ayudaría a estar dilatada por si esos hombres querían hacerlo así no me fueran a lastimar, eso creía yo….


Faltando unas horas me bañé con un shampoo y jabón aromáticos que dejó mi piel muy suave e hidratada, me puse una crema Victoria´s que olía frutal, me depile completamente, planche mi cabello, me maquillé usando labial rojo y me puse mis arracadas grandes de plata 925 que tanto me gustan, además me puse la tanguita y el brasier negros muy eróticos, un vestido negro muy ajustado que se adaptaba perfectamente a mi figura, tenía un escote abierto que permitía ver entre mis senos y mostrarlos según cuanto yo quisiera bajarlo o subirlo, era un vestido de tela muy corto y flexible como licra, por lo que podía bajarlo a la mitad de mis piernas o subirlo a tres dedos debajo de mis nalgas según yo quisiese, sin que se notara arrugas o que yo lo hubiera forzado por lo que era ideal para salir de casa como una dama y llegar a la bodega con el vestido más levantado como una puta con tacones negros altos de correas. Me puse perfume como si fuera al encuentro de mi vida. Moria de los nervios, sabía lo que podía pasar, pero no dejaba de excitarme, imaginaba cómo me lo harían, si me dolería, bueno mil cosas pasaron por mi cabeza…


Llegando el atardecer, antes de salir de casa dilate mi ano con el plug anal, metiéndolo y sacándolo suavemente de mi ano pues era muy doloroso, sentía una punzada, pero después de rato solo era placer, cuando sentí que ya estaba lista lo deje dentro de mi ano y acomodé el vestido jalándolo un poco para que me llegara a media pierna, algo decente por así decirlo, aborde el microbús y todos los hombres me miraron con ganas de cogerme, el chofer no dejaba de voltear por el espejo, tomé asiento junto a un joven que no dejaba de verme las piernas de reojo, y yo sentía un poco de dolor pues traía el plug anal puesto y me lastimaba cada que el camión pasaba un tope, llegado el momento me baje del camión y me dirigí a la bodega caminando muy femenina y sintiendo como el plug anal entre mis nalgas me lastimaba un poquito a cada paso, podía sentir mi vagina caliente y lubricada durante todo ese largo camino que de nuevo estaba completamente solo, y como ya se me estaba haciendo costumbre antes de llegar levanté un poco el vestido para dejarlo a tres dedos por debajo de mis nalgas para mostrar mis hermosas piernas y dar una forma más sexy a mi trasero, me veía guapísima. En ese momento decidí no mostrar más mis senos pues eso lo quería dejar para cuando estuviéramos platicando.


Ya estaba ocultándose el sol, y el alumbrado público en esa zona es muy tenue, cuando llegué a la entrada de la bodega ellos ya estaban tomando, apestaba a humo de cigarro y se les veía cubiertos de polvo de arena y cemento, ya relajados de jornada de trabajo y eso me gustó pues yo quería un encuentro con hombres rudos. Entonces Carlos el más grande, se acercó para recibirme y lo saludé de beso en la mejilla mientras sentí como me tomó la cintura con su mano derecha y me habló al oído.


—Te ves guapísima Alexa.


—¡Gracias! ¡Que lindo! —Le conteste sonrojada.


Fuimos a donde estaban sus amigos y me saludaron también de beso en la mejilla, mirándome de pies a cabeza casi babeando con una cara de lujuria que no podían con ella, me llovieron halagos sobre lo hermosa que me veía.


—Que guapa te ves Alexa.


—Sí te ves muy hermosa.


—Sí te ves preciosa.


—¡Gracias chicos! ¡Que lindos! —Les dije ruborizada.


—¿Gustas una cerveza Alexa? — Me preguntó uno de ellos.


—Sí, por favor.


—Aquí tienes hermosa.


—Me la podrías abrir por favor, es que no quiero se e vayan a romper la uña.


—Ah, sí. —El albañil me abrió la lata de cerveza muy amablemente.


—Aquí tienes Alexa.


—¡Gracias!


Me acercaron una silla, mientras ellos estaban sentados enfrente sobre unos bultos de cemento, comenzamos a platicar sobre nuestros trabajos, la rutina hasta que habíamos bebido unas tres cervezas.


—¿Cómo ven, saco el tequila? —Dijo uno de ellos.


—Sí güey tráetelo —Contestaron sus amigos.


—¿A ti te gusta el tequila Alexa?


—¡Sí, me encanta! —Yo sabía que lo que buscaban era alcoholizarme.


Comenzaron a servir en vasos desechables y lo tomaron solo, así que decidí seguirles el juego y lo tomé igual, pude sentir rápido el efecto, me sentí muy cachonda y desinhibida, pues tenía el plug anal puesto y es como ser penetrada por el ano todo ese tiempo. Así que decidí tomar la iniciativa.


—¿Qué es lo que más les gusta de mí? porque el primer día que pasé escuche que me silbaron ¡Eh! y me dijeron cosas sobre mi cuerpo, traviesos. —Les dije con voz cachonda y tierna.


—Ah, pues es que tienes unos ojos muy bonitos. —Me dijo uno un poco avergonzado.


—¡Que lindo! Pero aparte de eso, ya díganme la verdad. ¿Qué mas les gusta de mí? Díganmelo sin pena no me voy a enojar, al contrario, tengo curiosidad. —Les insistí muy desinhibida por el efecto del tequila.


—Pues la verdad sí estas muy guapa Alexa, esperamos no haberte ofendido, pero si quieres que te digamos pues es que tienes unas tetas muy ricas. —Me dijo Jorge.


—Tienes un culo bien sabroso, la verdad que estas bien buena. —Me dijo Samael.


Al escuchar tales declaraciones, se me estremeció el abdomen, no podía creer que estaba frente a esos hombres escuchando halagos tan descarados sobre mis atributos femeninos y observé que uno de ellos Carlos, el más grande de edad tenía un tatuaje en el brazo y ahí fue cuando supe como comenzaríamos a coger. Yo tenía que dar el primer paso, pues como estábamos platicando en muy buen plan estaban siendo muy respetuosos.


—Oye Carlos está muy bonito tu tatuaje ¿puedo verlo? —Le pregunté con curiosidad.


—Sí, mira. —Me dijo gustoso de mostrarme su tatuaje mientras se levantaba de su lugar.


—No, espera yo voy, me quiero sentar junto a ustedes, es que me siento muy alejada.


Entonces yo me levanté de la silla y me fui a sentar justo en medio de todos ellos, sabía que me iba a ensuciar de polvo de cemento pero eso no me importó, así que lo hice, solo que los costales de cemento me quedaban un poco altos, así que di un saltito para caer de sentón sobre los costales, en ese instante olvidé que traía puesto el plug anal y pude sentir como al caer bruscamente me lastimó, pero me excitó mucho sentir eso junto a todos ellos, así que comencé a tocar el tatuaje de Carlos, acariciándolo con mis dedos y jugando en su brazo con mis uñas. Le di un besito en el brazo para mancharlo con mi labial rojo.


—¿En verdad les parezco bonita? —Les pregunté con voz tierna.


—Sí, estás muy guapa.


—Sí, eres muy hermosa Alexa. —Me decían mientras me miraban morbosamente.


—¿Les parece que tengo unos senos bonitos? —Les pregunté tocando y apretándome los senos.


—Sí, tienes unos senos bien sabrosos —Respondieron con lujuria.


—¿Les gustaría verlos?


—Sí hermosa, déjanos ver tus senos. —Me dijeron muy ansiosos.


Fue cuando sentí nuevamente un dolor en el ano por causa del sentón que me di en el costal.


—Bueno, pero antes ¿podría pasar a su baño?


—Sí hermosa, esta atrás a la izquierda. —Me dijeron muy amablemente.


Acto seguido me levanté y fui caminando muy femenina, sintiendo el plug lastimándome por dentro, mientras ellos me comían el culo con su mirada.


Llegué al baño, el que por ende olía a orines, estaba muy sucio, pero yo tenía que orinar las tres cervezas que me había tomado, pensé en orinar sin tocar la tasa, ya saben de aguilita, pero estaba tan cachonda que preferí sentarme y tocar con mis nalgas la tasa sucia de orines, fue algo sucio que me éxito mucho, enseguida fue cuando retiré el plug anal de mi ano y lo limpié con papel y noté que tenía poquita sangre, lo que consideré normal pues me había estado lastimando poquito al caminar, saqué el lubricante anal con anestésico y me lo apliqué, también puse un poco de lubricante en mi vagina era de olor a sandía, estaba en mis días fértiles lubricando mucho y no había tomado anticonceptivos y menos comprado condones, estúpidamente no se me ocurrió. Mi vestido que ya estaba muy corto lo levanté más hasta la mitad de mis nalgas, me quité el brasier y lo puse en mi bolso, retoqué mis labios con labial rojo, me froté mis pezones y los pellizqué un poco para ponerlos duros y se me marcaron como montañitas. Una de las cosas que me gustan de mí son mis pezones rositas, pues me excité mucho sabiendo que mis senos serian lo primero que les mostraría. Desde ahí alcancé a escuchar comentarios entre ellos.


—No mames güey está bien buena.


—Hay que cogérnosla.


—Pues dile tu güey.


—No mames, si le digo se vaya a ir y le llama a la poli güey.


—Yo se la quiero meter por el culo bien duro.


Entonces confirmé que, sucedería lo que yo esperaba, me iban a coger entre todos ellos, pero yo tendría que dar el primer paso.


Sali del baño y me voltearon a ver con mucho morbo, se veía la lujuria en sus caras, al ver mi vestido descubriendo la mitad de mis nalgas, fui a sentarme de nuevo junto a ellos, sintiendo como mis nalgas tocaron el sucio bulto de cemento, y les pregunté por mi tequila, me lo dieron y lo tomé de un solo trago, para tomar valor.


—¿En qué nos quedamos? ¡Ah, sí! Les iba a mostrar mis senos ¿verdad? —Les dije muy nerviosa, hacia un poco de frio y mis pezones estaban muy alargaditos y duros.


—¡Sí, a verlos!


—Muéstranoslos —Ellos tenían sus caras rojas de lujuria.


Estaba muy nerviosa y las manos me temblaban, sentía mariposas en el estómago, iba a bajar el vestido descubriéndome por completo los senos, me quedaría desnuda de los hombros hasta la cintura.


—¿Carlos, me ayudas por favor a bajar el zíper del vestido de la parte de la espalda? —Se voltearon a ver entre ellos con mucha morbosidad.


—Vengan acérquense para que vean. —Les dije invitándolos a que me vieran desnuda.


Entonces se levantaron y ya estando a mi alrededor comencé a bajar los tirantes del vestido. Lo fui deslizando muy lentamente hacia abajo y ellos se quedaron callados no podían ni hablar de lo que estaban viendo, y yo con mis senos firmes y los pezones duros y alargados por la tremenda excitación que me provocó el quedar expuesta ante aquellos albañiles rudos, seguí bajando el vestido sintiendo como mi piel se erizaba al ir quedando desnuda hasta la cintura. Yo permanecí con el vestido abajo, no tenia intenciones de cubrirme de nuevo, quería que ellos me siguieran disfrutando.


—¿Cuántos segundos aguantan tomando tequila directo de la botella? Yo puedo tomar hasta 15 segundos ¿Quién me lo quiere dar? — Les pregunté sintiéndome muy cachonda al ser observada por esos hombres morbosos.


—Yo te doy tequila mamacita. —Me dijo Carlos apresuradamente.


Se puso atrás de mí y tomó la botella. En ese momento mi corazón comenzó a latir muy fuerte y me puse muy nerviosa por lo que iba a hacer, recogí mi cabello llevándolo hacia atrás para poder sujetarlo con una mano, al hacer eso me sentí muy excitada


—Samael ¿Podrías sujetar mi cabello por favor? —Le pedí con voz sensual.


Entonces Samael se levantó y fue atrás de mí para sujetar mi cabello, en ese momento los otros cuatro hombres fueron a bajar la cortina de la bodega para quedar encerrados.


Me dio un poco de miedo, sabía que estaba a su merced y harían conmigo lo que quisieran. La bodega se oscureció, y encendieron unas luces algo tenues.


—Samael, Cuando yo te diga me vas a jalar del cabello hacia atrás para que mi boca quede hacia arriba y que Carlos me comience a dar tequila.


—Y tú Carlos, me vas a dar tequila directo de la botella durante 15 segundos ¿Ok?


Recordé que los otros cuatro albañiles, habían dicho que les gustaban mis senos y mi culito.


—Y ustedes chicos quiero que me chupen los senos, me acaricien las piernas y me toquen la vagina ¿Les agrada la idea?


—Sí mamacita, te chupamos lo que quieras.


Entonces abrí mis piernas para ellos y le dije a Samael que estaba lista y el jaló de mi cabello, yo quedé con mi boca hacia arriba, con mis senos levantados como montañas y mis arracadas de plata luciendo hermosas y brillantes, mientras Carlos me daba ese chorro de tequila, de pronto sentí como los otros hombres me sujetaron y se lanzaron sobre mis senos. Comenzaron a lamerlos y succionarlos, mientras los otros me acariciaban las piernas y hacían a un lado mi tanguita negra para meter sus dedos en mi vagina fue algo tan delicioso y excitante estar rendida e indefensa, expuesta ante esos hombres. Me sentí tan vulnerable, hasta que terminaron los 15 segundos, cuando los albañiles me soltaron me puse de pie y me sentí muy ruborizada por el alcohol.


Estaba muy cachonda con los senos descubiertos frente a esos hombres.


—¿Les gusta lo que ven? —Pregunté muy excitada.


—Sí mamacita tienes unas tetas bien ricas


Me sentí deseada por esos albañiles sucios, bajé mi vestido hasta quedar desnuda, solamente conservé mi tanguita y tacones negros. Mi vagina estaba hecha un rio, caminé sensualmente hacia ellos para acariciarles sus vergas por encima del pantalón, ellos comenzaron a acariciarme el culo, metían sus manos en mi entrepierna y me dedeaban la vagina, al mismo tiempo me lamian las tetas.


—Quiero que me cojan entre todos, cójanme con todas sus fuerzas hasta cansarse, quiero ser su hermosa, hagan conmigo lo que quieran solo no me golpeen. —Les dije con voz dulce y cachonda.


No terminé de decirles cuando fueron a la parte de atrás de la bodega y sacaron un colchón viejo y mugroso, y lo dejaron en el suelo a la mitad de la bodega y me cargaron para recostarme ahí, Samael me quito la tanguita de un tirón y me sentí tan vulnerable, tan excitada y desprotegida.


Estaba completamente desnuda ante esos albañiles que olían a sudor, tequila y tabaco solo tenía puestos los tacones que por cierto me dejaron porque les gustaba como me veía. Se desabrocharon los cinturones, cuando vi eso sabía que era cuestión de segundos para que estuviera siendo penetrada por uno de esos albañiles. Se veía que tenían un morbo y lujuria tremenda, quedaron totalmente desnudos con sus vergas morenas erectas, tenían mucho vello púbico se veía que jamás se lo rasuraban, pues eran albañiles rudos. Samael se lanzó hacia mí y me abrió las piernas e introdujo su lengua en mi vagina depilada y comenzó a comérsela a lengüetadas, no paraba mientras los demás abrían mis piernas y las acariciaban, otros me comían los senos dejándome chupetones y mordisqueaban mis pezones duros, lo que me dolía y excitaba a la vez, de pronto Samael me arrodilló, me jaló del cabello y metió su verga en mi boca. Me atragantaba pues lo hacía hasta el fondo, mis labios rojos llegaban hasta la base de su verga sentía como me abría la garganta y así se turnaron para que les diera la mamada de su vida.


—Ahora sí hermosa te voy a meter la verga bien duro. —Me dijo Samael, quien tenía la verga más grande.


—Cójanme a su antojo, úsenme, solamente no me golpeen, cójanme con todas sus fuerzas, no le diré nada a nadie.


Samael, me puso en cuatro y me empinó dejando mis senos y brazos sobre el colchón sucio, mi espalda quedo curveada hacia abajo y mis nalgas sobresalían empinadas como un corazón bien formadito, mi piel tan suave y perfumada, mi vagina y ano rosas, estaban siendo entregados a ese hombre, me sentí tremendamente excitada, en unos segundos tendría una verga gruesa y morena dentro de mí después de meses sin hacerlo. Samael se puso atrás de mí y colocó la punta de su verga en la entrada de mi vagina, con sus manos grandes y toscas me tomó con fuerza de la cintura y de un fuerte empujón, me penetró violentamente hasta el fondo, mi vagina no pudo poner resistencia estaba tan lubricada que entró completamente, me la metió muy fuerte y rápidamente, tal como yo lo quería, cada que me penetraba podía sentir un golpe dentro de mi vientre, así continuó cerca de veinte minutos, hasta que de pronto sentí que iba a tener un orgasmo me estaba viniendo.


—¡Aaah! ¡Sí! ¡Aaah! ¡Que rico! ¡Sí! ¡Mmjjj! ¡Sigue así, no te detengas! ¡Ay, que rico! ¡Que rica verga! ¡Cógeme duro! ¡Más rápido! —Le dije gimiendo.


Él aceleró el ritmo y me penetró frenéticamente, pude sentir como eyaculaba disparándome chorros de semen caliente dentro de mí, a la vez que yo me estaba viniendo fue algo muy excitante sentir su semen dentro de mí junto con mis fluidos, mientras sentía mi piel sensible, los pezones durísimos, me temblaban las piernas y el abdomen se me contraía. Me sentí plena en ese momento, un hombre desconocido se había corrido en mi interior y me hizo sentir tan vulnerable, como es que yo estaba encerrada en una bodega para ser cogida por esos hombres, aun no lo podía creer, nadie que me conociera podía imaginar que estaba siendo una puta sumisa con esos albañiles.


Continuaron cogiéndome todos en mi posición de cuatro, como bestias insaciables solo buscando su propia satisfacción, disfrutando de mi cuerpo a su antojo, atragantándome con sus vergas y apretándome los senos, sentía sus manos tocando todo mi cuerpo. Como ya estaba muy rendida y sentía semen escurriendo por mis piernas, mojé mis dedos con los fluidos y me los llevé a la boca para saborear su semen. Eso era algo que antes con mi pareja me daba asco, pero con ellos en ese momento de excitación, me gustó el sabor dulce del semen, volví a mojar mis dedos en mi vagina y metí un dedo en mi ano. Sentí que estaba muy caliente y era placentero lo que me hizo soltar algunos gemidos.


—¡Aaaah! ¡Aah! ¡Mmmjj! —Al verme tan excitada dedeándome el ano, me levantaron jalándome del cabello.


Samael me llevo caminando hasta unos costales de cemento y los acomodo aproximadamente a un metro de altura.


—Inclínate para metértela por el culo hermosa. —Cuando me dijo eso sentí que mi abdomen se estremeció, me sentí nerviosa al saber que todos ellos me penetrarían analmente.


—¡Sí! métemela por el culo muy fuerte, me encanta el sexo anal. —Le dije a tono de ruego.


—¿O sea que ya te la han metido por el culo hermosa? —Me preguntó con lujuria.


—¡Sí, me encanta! Me gusta que me duela. Quiero que me cojan muy fuerte entre todos. —Yo quería que esos hombres me cogieran sin piedad.


—¡Enserio! Pues te la voy a meter bien duro como te gusta.


—Quiero que me cojan con todas sus fuerzas hasta saciarse y que se vengan dentro de mí culo. Y no me vayan a soltar, aunque llore.


Yo sabía que estaba sola en esa bodega con esos albañiles y nadie me podría ayudar, y peor aún les acababa de dar indicaciones de que me penetraran cuanto ellos quisieran.


—Pero antes de comenzar quiero tomar más tequila.


Carlos fue por la botella y me dio tequila. Mi corazón comenzó a latir y mi estomago se me contraía y sentía un fuerte vacío, una sensación de mucho miedo y excitación.


Estando yo de pie con mis tacones negros y altos de correas aun puestos, frente a los bultos de cemento, Samael quien tenía la verga más gruesa y larga de todos, me inclinó curveando mi espalda hacia abajo y reposando mis senos sobre la barricada de costales, que rosaban mis pezones. Abrió mis piernas dejando expuesto y abierto mi culo y coloco la punta de su verga en la entrada de mi ano que estaba muy lubricado, me tomó de la cintura muy fuerte y me jaló hacia atrás contra su verga al tiempo que el de un solo empujón me penetro analmente hasta el fondo, pude sentir la sensación de que una verga entrara por mi culo abriéndose paso en mi interior, sentí una fuerte punzada, un dolor desgarrador que nunca había sentido en mi vida, cuando su verga topó en mi interior sentí que me rompía, todo era dolor por dentro en ese momento y grité mucho quise zafarme pero ellos no me dejaban ya que me sujetaban de los brazos, Carlos que estaba enfrente de mi podía ver mi cara de dolor y mis lágrimas escurriendo el rímel, y lo que hizo fue masturbarse disfrutando de mi dolor mientras el tocaba mis senos y pellizcaba mis pezones para causarme más dolor. Comencé a arañar los bultos de cemento con mis uñas, y quería patalear, pero no podía porque ellos estaban siguiendo mis ordenes de no soltarme, me sujetaban las piernas. Samael siguió penetrándome analmente muy duro, cada que me la metía sentía como topaba hasta el fondo, empujándome contra los costales yo estaba llorando y gritando sin parar, mi llanto resonaba haciendo eco dentro de la bodega rogándoles que ya me soltaran, pero no lo hicieron en ese momento me arrepentí, deseaba no haberles pedido eso, mi corazón latía muy fuerte y sentía reventado el culo, me ardía y punzaba mucho. Hasta que perdí las fuerzas, sentía que me desmayaba, mis piernas estaban entumecidas no podía seguir de pie, estaba rendida con mis senos sobre la barricada de costales.


Samael siguió ensartándome su verga sin piedad, lo hacía brutalmente como si yo no valiera nada, era un objeto de placer para él, con el que estaba satisfaciéndose como un animal. Samael era un hombre que aguantaba mucho con la verga erecta, después de media hora por fin escuché los jadeos de Samael y sentí como saco su verga ensangrentada para darme un último empujón hasta el fondo, Samael disparaba chorros de semen caliente dentro de mí, apretándome fuerte contra él durante unos diez segundos, lo que me lastimó mucho por dentro, pues el seguía moviéndose restregándome su verga y abriéndome las nalgas muy fuertemente como si quisiera llegar más adentro para destruirme. Me sentía violentada con la punta de su verga topando en mi interior.


—Que buena estás mamacita, se siente bien rico venirme adentro de ti.


—Sí, échamelos adentro amor.


—Estas bien rica puta. —Él seguía restregándome su verga.


—¡Aaay! Me duele.


El albañil estaba lastimándome y pellizcando mis pezones, me beso el cuello, en ese momento comencé a llorar entre dolor y de sentimiento femenino, sentía mucho calor en mi vientre y mi piel erizada y sensible pues ese hombre duro mucho penetrándome y me sentí muy violentada eso fue algo que estúpidamente me hizo sentir querida, ese hombre había gozado de mi culo, me había cogido con todas sus fuerzas desquitando sus ganas conmigo. En ese momento me sentí un poco aliviada, pensé que había terminado ese sufrimiento indescriptible, pues él era muy fuerte y con esa verga enorme me había destrozado el culo.


Cuando Samael retiro su verga aun erecta, sentí como se escurrió entre mis piernas su semen, y yo estaba descansando un poco del dolor.


—No mames güey le rompiste el culo.


—Está escurriéndole sangre.


—Le dejaste abierto el culo. —Decían ellos con mucho morbo.


Literalmente yo podía sentir como mi ano estaba abierto, pues era algo que desde muy chica había experimentado y sentía como si tuviera mi ano muy relajado en ese momento, trataba de contraerlo, pero no podía hacer fuerza estaba tan adolorida que era mejor seguir relajando mi ano. Alcancé a ver la verga de Samael estaba manchada de mi sangre. Me sentí muy dañada, entre en llanto de nuevo y sentí miedo pues no me soltaban, escuchaba como se peleaban como perros por ver quien era el siguiente en romperme el culo.


Tan solo después de unos segundos siguió Jorge.


—No, ya no por favor, ya déjenme, me duele mucho, me están haciendo daño, se los ruego ya no. —Pero ellos no hicieron caso.


—Esto es lo que querías ¿No? —Me dijeron recordándome lo que les pedí.


Entonces entendí que no había nada que yo pudiera hacer y que me seguirían cogiendo por el culo así que intenté relajarme y entregarle mi culo sin resistirme, entonces él se puso atrás de mí y sin preguntarme solo coloco su verga en la entrada de mi ano, me tomó de la cintura y me jaló muy fuertemente contra él, me penetró hasta topar en mi interior, sacándome uno gritos desgarradores.


—¡Aaaah! —Me quede afónica.


Se me doblaron las piernas, sentí un fuerte ardor de nuevo en mi culo, inevitablemente rompí en llanto, Jorge también tenía la verga muy gorda, y me jalaba de las cintura para ensartarme con fuerza, solo escuchaba el sonido de nuestros cuerpos chocando, me sentía tan lastimada en ese momento sin poder hacer nada, las piernas me temblaban y se me doblaban, perdí la fuerza en todo mi cuerpo, Jorge me jalaba del cabello cada que me embestía era un sentimiento de vulnerabilidad, pero poco a poco fue pasando y sentí como mi ano estaba más relajado lubricado por mi sangre que escurría entre mis piernas, seguía doliendo cada impacto por dentro pero ya estaba comenzando a disfrutar, cada vez que me la metía sentía más cálido y quería lo volviera a meter, Jorge duró aproximadamente 15 minutos, hasta que comenzó a cogerme más duro y fuerte, sentía un ardor acompañado de placer, supe que Jorge estaba por eyacular dentro de mí lo que me causo mucha excitación de nuevo, pues lo escuchaba jadear del placer que sentía de estar por venirse, yo solamente me relajé y disfruté lo que estaba por pasar, después de unos segundos sentí un delicioso calor dentro de mi culo, eran los chorros de semen caliente que Jorge estaba eyaculando, él permaneció dentro de mi durante unos segundos y después retiró su verga de mi culo. En ese momento sentí como la sangre y el semen se escurrían por mis piernas.


—No mames güey, se lo dejó bien abierto.


—No se le cierra el culo.


—Ya le dejo su culito bien abierto.


Jorge volvió a meter su verga unas cuantas veces para que vieran como la podía meter y sacar ya que mi ano estaba muy dilatado y no se cerraba.


Yo sabía que eso no había terminado, pues faltaban cuatro albañiles. Me seguían sujetando y rompiendo el culo hasta saciar sus ganas, podía ver como disfrutaban con morbosidad al verme el culo reventado y mi cara bañada en lágrimas pidiéndoles que se detuvieran. Cuando ya solo faltaban dos hombres, comencé a sentir que el dolor se estaba terminando y daba paso al placer, pues cada que sacaban su verga de mi culo, sentía un fuerte deseo de que me la ensartaran de nuevo.


—Ya no es necesario que me sujeten, ya pueden soltarme. Lo estoy disfrutando.


Yo ya estaba muy relajada y tomé más tequila para alcoholizarme, solo me incliné sobre los costales y empiné mi culo para que lo siguieran disfrutando, ya no dolía solo sentía el ir y venir de sus vergas y lo disfruté mucho, me sentí tan plena y cogida por esos albañiles.


Después les pedí que me llevaran al colchón por que no podía mantener el equilibrio, y ya acostada con mi culo y piernas escurridos de sangre les pedí que continuaran y que me siguieran cogiendo que todo estaba bien.


—¿y si nos la cogemos por los dos lados al mismo tiempo? —Les preguntó uno de ellos a los demás.


—Sí güeyes, hay que cogérnosla entre todos —Respondió uno de los albañiles.


—Sí, cójanme a su antojo, quiero que me usen. —Les suplique desbordando de lujuria.


Uno de los albañiles se acostó y me montó sobre el penetrándome por la vagina, yo no tenía fuerza en las piernas y mi cuerpo caía por su propio peso ensartándome por completo la verga de aquel hombre y Samael se puso atrás de mí y me inclino sobre el otro hombre. Samael me penetro por el culo de forma que comenzaron a cogerme entre los dos vaginal y analmente, tenía dos vergas entrando y saliendo de mí, fuerte y profundamente, me sentía destruida por dentro, cada que me penetraban me estaban matando de dolor y placer, los demás me mordían y lengüeteaban las tetas, me hacían chupetones por todo el cuerpo y me atragantaban con sus vergas. De pronto sentí como disparaban chorros de semen caliente dentro de mí, fue algo que me hizo sentir tan plena, me sentí suya y comencé a llorar de sentimiento femenino, mis piernas se entumecieron y mi abdomen se estremeció, sentí un fuerte orgasmo erizando mi piel y levantándome los pezones, me vine completamente y mis fluidos vaginales mojaron los cuerpos de esos albañiles sucios. Lloraba como escuincla entregándome a esos albañiles que se turnaron para disfrutarme durante horas.


Cuando por fin se cansaron, me dejaron tirada en el colchón, yo estaba tan alcoholizada que todo me daba vueltas. No supe en qué momento me quedé dormida, pero desperté como a las 2:30 de la madrugada. Samael era el único que se había quedado pues le tocaba hacer guardia esa noche en la bodega. Me levanté y fui al baño para limpiarme la sangre del cuerpo con unas toallas húmedas que siempre traigo en mi bolsa. Me peiné y retoqué mi maquillaje tratando de ocultar todos los chupetones, desde las pantorrillas, las piernas, la entrepierna, los senos y hasta el cuello. Todos los albañiles me habían dejado esos recuerdos que llevaría conmigo durante días. Salí del baño y me acerqué a Samael que estaba sentado en una silla fumándose un cigarro, tomamos un poco de tequila directo de la botella le pedí que se bajara de nuevo el pantalón, el permaneció sentado mientras yo me agache para mamarle su deliciosa verga y ponérsela durísima. Cuando su verga gruesa estaba bien ensanchada me senté sobre el de frente ensartándome su verga deliciosamente, él me tomaba de las nalgas levándome de arriba para abajo mientras se comía mis senos durante un buen rato, cuando ya estaba a punto de eyacular se puso de pie y me arrodillé ante él para mamársela y tragarme hasta la última gota de su semen mientras él metía su verga hasta el fondo de mi garganta. Me puse el vestido y mi tanguita, lo abracé y me despedí…


Cuando salí de la bodega, me sentía muy adolorida, excitada, cogida y sobre todo muy desinhibida por el alcohol, sentía que podía hacer lo que fuera, y como el alumbrado público era muy tenue, la calle sola y faltaba un tramo muy largo como de unos 10 minutos en esa zona industrial, quise hacer algo que me excitara, así que en plena calle me desnudé quedando solo en tacones, me coloqué el plug anal de nuevo para sentir la sensación morbosa de estar desnuda en una zona publica, expuesta a que si por alguna razón alguien pasara por ahí me podría ver, así que me bajé de la banqueta y camine a la mitad de la calle hasta la esquina sintiendo como el plug anal me lastimaba a cada paso que daba, yo seguía muy cachonda y alcoholizada, ya me habían cogido seis hombres vaginal y analmente, se las había mamado y disfrutaron cada parte de mi cuerpo, así que yo me sentía una mujer capaz de satisfacer no a uno sino a los hombres que fueran, pues yo me había minusvalorado porque mi pareja me dejo, pero la realidad es que soy una chica muy guapa y que cualquiera se excita con verme.


Cuando llegué a la esquina vi pasar un camión de carga, que sonó el claxon al verme, eso me excito mucho y me hizo descubrir mi lado exhibicionista. Volví a ponerme el vestido y mi tanguita y dejé el vestido muy corto mostrando ligeramente mis nalgas y bajé el escote dejando ver la mitad de mis pezones rosas, pues como ya era de madrugada no pasaban camiones y sabía que tendría que tomar un taxi, después de unos minutos abordé uno y me senté en el asiento trasero, el chofer se veía de unos 52 años y con un poco de canas, fornido pero no era gordo, tenía barba con canas y cumplía con mi perfil de hombre rudo, pues el taxi olía a gasolina, aceite de coche y grasa, así que le di instrucciones de llevarme a mi casa, el taxista no dejaba de verme las piernas, fui coqueteando con él en el trayecto, platicándole que había ido con unas amigas a tomar unos tragos y haciendo evidente que estaba ebria y podría hacerme cualquier cosa si él quisiera, ya que quería me siguieran cogiendo más hombres.


Yo estaba muy excitada y quería provocarlo para que me cogiera así que muy discretamente bajé los tirantes del vestido y casi sin mover las manos jalaba un poquito de mi vestido simulando que me estaba acomodando en el asiento trasero, hasta que vi que mis pezones rosas ya eran visibles.


—Disculpe, me quiero acostar tantito porque se me pasaron las copas y pues tengo mucho sueño y me siento mareada. —Le dije para hacerle evidente mi vulnerabilidad.


—Sí, está bien. Acuéstate y yo te despierto cuando lleguemos. —El chofer volteó y pudo ver mis senos que estaban ya más descubiertos, con mis pezones rositas completamente de fuera.


Así me quedé dormitando esperando que algo pasara, hasta que escuché que se estacionó y apagó el coche, abrió su puerta y se salió del vehículo, en ese momento de reojo pude ver que estábamos en una calle sin luz pues el alumbrado público estaba apagado y se veía como camino de terracería, de nuevo sentí miedo y mucha excitación al mismo tiempo pues ahora estaba a merced de otro hombre desconocido, y yo aun podía sentirme adolorida por la cogida que me habían dado.


Entonces escuché que estaba hablando con alguien por teléfono, pero no logre entender lo que decía. Se aproximó a mi puerta y fingí estar dormida, de pronto sentí como se me acercó.


—Levántate, ¿estás dormida?


—¡Yaaa! ¡Déjame dormir! ¡Mmm! —Le conteste fingiendo estar soñolienta.


En ese momento fue cuando él comenzó tocar mis piernas pasando su mano ligeramente sobre mi piel, al parecer él pensaba que yo iba a reaccionar y a gritar o algo así, pero en lugar de eso guardé silencio y eso le dio a el más confianza, y acaricio mis piernas con más ganas y cada vez se acercaba más a mi entrepierna, y yo apenas podía evitar agitar mi respiración, él puso su mano en mi vagina, y al tocar la tanguita que traía, me la comenzó a quitar tratando de no ser muy brusco para no despertarme, yo sentía como me iba despojando de mi tanguita, y me sentí muy excitada comencé a lubricar pues otro hombre me estaba mirando desnuda y era cuestión de minutos para que me penetrara.


Yo estaba recostada boca arriba en el asiento, cuando ya había retirado mi tanguita por completo, el hombre abrió mis piernas y pudo ver el plug anal, intentó retirármelo, pero me quejé un poquito, así que me lo dejo puesto y empezó a frotar mi clítoris y acariciaba mi culo muy rico, cuando de pronto se escuchó otro vehículo que se estaciono junto a nosotros, escuche que era otro hombre, seguramente al que le había hablado por teléfono, quien resultó ser otro taxista.


—Oye y ¿quién es esa chica? —Le preguntó su amigo.


—Pues es una pasajera, que anda muy alcoholizada. ¿Está bien buena verdad?


—Sí, está bien buena ¿La conoces de algún lado?


—No, la acabo de levantar en la calle, o sea que no hay problema, nadie sabe. —Le dijo mi chofer.


—¡Ah! Pues está muy buena la chica, ya se me puso dura la reata nada mas de verla. —Comento su amigo muy lujuriosamente.


Yo me sentí muy cachonda al escuchar eso, ya sabía lo que me esperaba, así que el amigo se acercó hacia la puerta del otro lado y la abrió, comenzó a frotar mis senos sobre el vestido, y después con cuidado me bajo un poco el vestido hasta que mis senos quedaron expuestos totalmente, eso despertó esa sensación tan excitante en mi pues ahora un octavo hombre estaba desnudándome, sentí como se me acercó y comenzó a lamer mis senos, lo hacía muy rico, y succionaba mis pezones, de pronto mi chofer que estaba en la otra puerta abrió de nuevo mis piernas y me lamia la entrepierna lo que sentí delicioso, e introdujo sus dedos en mi vagina y fue inevitable en ese momento empecé a gemir y él se dio cuenta que yo lo estaba disfrutando y continúo haciéndolo, yo gemía con más fuerza me estaba poniendo muy cachonda hasta que llego el momento en que decidí abrir los ojos, yo seguía tan desinhibida por el alcohol que me sentía libre de hacer cualquier cosa, así que abrí mis ojos.


—¡Aaaah! ¡Que ricooo! Esperen, mejor vamos afuera del coche. —Les propuse con voz cachonda.


—Sí a ver bájate. —Me dijeron sorprendidos por mi disponibilidad.


Ya estando fuera del vehículo, le pedí a su amigo que me bajara el zíper del vestido, y le pedí a mi chofer que me desnudara ya que me excitaba mucho la idea de que un hombre me despojara de mi vestido, entonces él se acercó y me bajo el vestido hasta el suelo dejándome desnuda por segunda vez en vía pública, ahora con mis pezones muy duros y levantados en un camino de terracería y al aire libre. A pesar del maquillaje los chupetones se notaban por todo mi cuerpo, camine con mis tacones y pude ver que estábamos en una zona despoblada y oscura solo se veían a lo lejos pasar vehículos en una carretera, deslicé mis manos sensualmente sobre la lámina del coche y pude sentir que el cofre estaba ardiendo de caliente, abrí mis piernas mostrándoles mi culo y me retire el plug anal soltando un gemido, al retirarlo sentí como escurrió un poco de sangre y lubricante de mi ano que ya estaba muy lastimado, yo seguía tan cachonda que abrí fuertemente mis nalgas y me senté sobre la lámina caliente del cofre para calentar mi ano, de inmediato sentí como mi ano se quemaba, el calor de la lámina entro por mi ano dilatado y me calentó el interior del culo, lo mismo pude sentir en mis labios vaginales, solté gemidos de placer y dolor.


—¡Aaay! ¡Aaah!


Soporté el dolor quizá por el alcohol y la tremenda excitación de tener mi cuerpo desnudo al aire libre, esa noche yo solo quería ser violentada. Permanecí sentada en el cofre caliente y me abrí de piernas, les pedí que me penetraran mientras abría mi vagina rosa para mostrárselas y no se hicieron esperar, mi chofer sería el primero, se desabrocharon los cinturones y se bajaron el pantalón, se puso enfrente de mí y le pedí me cogiera con todas sus fuerzas, y así lo hizo tenía una verga muy gruesa, pero yo ya estaba muy dilatada y todo era placer, sentí como me penetraba muy rápido y fuerte, hasta que iba a eyacular y le dije que me los quería comer, así que me bajé del cofre y se la mamé hasta que eyaculó y me tragué todo su semen, era tan dulce y blanco, me sentí feliz haciéndolo.


Ahora había llegado el momento de que mi ano recibiera placer de nuevo.


—¿Te gustaría cogerme analmente? —Le pregunté muy excitada.


—Sí, eso me gusta mucho. Por ahí se siente mas apretado. — Me respondió muy libidinosamente.


Caminé hasta estar enfrente de la llanta delantera derecha y me incliné sobre el cofre para que mi culo quedara empinado, abrí mis piernas y puse mis senos sobre la lámina caliente del cofre, sentí como mis senos se quemaban con la lámina sensibilizando mis pezones, me dolía y me sentía herida de mis zonas erógenas, lo que sentí muy rico. Entonces le pedí me ensartara su verga en el culo de un empujón, este hombre tenía la verga gruesa y larga como mi querido Samael, el de la bodega, y tal como se lo pedí, me penetró muy profundo hasta sentí como se movió el coche, sentí nuevamente ese impacto dentro de mí, era la punta de su gruesa verga que se abría paso en mi interior, este hombre era más alto y pesado así que cada que me penetraba sentía como me empujaba y aplastaba contra la lámina del coche, así me penetró fuerte y profundo durante un buen rato.


—Te lo voy a hacer lento para que sientas mi reata un buen rato.


—¡Sí! ¡Así! ¡Cógeme muy lento y rico!


—¿Te gusta arto la reata verdad?


—¡Sí! ¡Me encanta! ¡Se siente rico papi! —Yo estaba muy sensibilizada de mi zona íntima


Estoy segura de que me cogió aproximadamente media hora por el ano, hasta que sentí ese chorro de semen caliente dentro de mi culo, le pedí que no me la sacara y se quedara dentro de mí un par de minutos, yo quería seguir sintiendo esa verga dentro de mí, hasta que perdió la erección y retiro su verga manchada de mi sangre.


Justo cuando había terminado de cogerme el amigo de mi chofer, pensé que habíamos terminado pero mi chofer se aproximó y antes de que me despegara del cofre, me ensarto su verga y me cogió, muy fuerte también por el ano, podía sentir de nuevo esa sensación de estar muy dilatada pues cada que la sacaba y la metía, podía sentir que mi ano se quedaba abierto.


—Se ve que vienes de coger ¿Verdad? —Me preguntó muy curioso.


—Sí, acabo de estar con unos albañiles. —Le dije muy cachonda.


—Ah, pues con razón ya vienes bien cogida, te entra bien sabroso. —Me hizo sentir muy excitada confesarle mi reciente encuentro.


—Me cogieron entre todos ellos analmente y me gustó mucho.


—Pues por eso estás manchada de sangre, se ve que eres bien puta.


—Sí, me gusta mucho me cojan por atrás.


—Ya tienes el culo bien lastimado, estas sangrando como perra en celo, puedo ver que se te queda bien abierto.


—Sí, pero se siente rico, me gusta mucho. —Le confese.


—¿Te gustaría sentir algo más grueso? —Yo seguía tan cachonda y ebria que no ponía resistencia a nada. Mi ninfomanía me estaba llevando a superar mis límites.


El amigo de mi chofer caminó a su vehículo, y abrió la cajuela, de donde saco un bate de beisbol, de aluminio. Me estremecí cuando lo vi, quería decir no, pero algo en mi quería ver si podía resistir algo así de grueso, así que le pedí me pasara mi bolso y me puse lubricante con anestésico en el ano, y le apliqué un poco de lubricante al bate de beisbol, me dispuse a poner mis senos sobre el cofre caliente de nuevo y abrí mis piernas dejando mi culo empinado, estaba muy nerviosa pues no era una verga lo que me iban a meter sino un bate de beisbol, cuando le puse lubricante traté de cerrar mi mano alrededor de él y vi que era muy grueso no tenía nada que ver con una verga, así que en esta ocasión sentí mucho temor.


—Ayúdame a abrirle las nalgas para que le pueda entrar mejor. —Le dijo su amigo a mi chofer.


Entonces el abrió mis nalgas y sentí la piel y mi ano estirarse y eso dolía un poco pero me gusto así que le pedí que me las abriera con más fuerza me sentí tan cachonda ahora con el culo abierto totalmente esperando que me metieran ese bate.


Mi chofer me estaba abriendo fuertemente las nalgas, yo me sentí muy vulnerable y excitada.


—Ya amor, méteme el bate, solamente hazlo con cuidado, poco a poco. —Le dije al amigo de mi chofer.


Como les comenté era un hombre más grande y pesado. Entonces puso el bate en mi ano y fue empujándolo con su peso poco a poco, sentí una punzada como la primera vez, ahí supe que me iba a volver a doler pues mi ano no estaba acostumbrado a ese grosor todavía, sentí como se iba abriendo mi ano, la punzada era fuerte otra vez volví a derramar lágrimas, pero no me resistí solamente relajé mi cuerpo pues quería tener eso dentro de mí, el hombre me comenzó a decir cosas lascivas.


—Hay mamacita te voy romper el culo mi amor, prepárate te la voy a meter hasta donde te quepa.


—Sí, ya métele el bate eso es lo que quiere.


Al oír esas cosas me sentí de nuevo cachonda, quería darles un buen espectáculo a esos hombres pues podía notar el morbo con el que lo estaban haciendo.


—Ábreme más las nalgas, ábreme mi culo más fuerte con tus manos. —Le suplique a mi chofer.


Él las abrió más fuerte y sentí mi piel estirada y adolorida, yo quería sentir placer en todo mi cuerpo así que me toqué los senos, estimulé y pellizqué mis pezones, y al sentirme muy cachonda, con el plug anal que aun traía en mi mano me penetré la vagina para sentirme totalmente cogida, así que lo dejé puesto.


—¡Ya mi amor rómpeme el culo!


Apenas le dije eso, sentí como empujo el bate con su peso, y mi ano se abrió tanto que pude sentir una fuerte punzada, un desgarro y ardor mayor a lo que antes había experimentado, sentí como el bate entro hasta el fondo y topo en mi interior, hasta el vehículo se movió en ese instante grité, y comencé a llorar teniendo el bate dentro, y el hombre dijo ya estas bien abierta mi amor era lo que me pediste, entonces sentí que me lo iba a sacar y le hice una señal con mis manos temblorosas, para que no lo moviera, porque no podía hablar del dolor. Me sentía una escuincla ahogada en su propio llanto.


—Déjamelo adentro, no lo saques. —Le dijo llorando entrecortadamente.


—¿Te gusta mamacita?


—Sí, me duelo mucho, pero sí me gusta. A ver, comienza a cogerme con el bate suavemente.


Él comenzó a cogerme con el bate suavemente, lo hacía muy profundamente.


—A ver sáquenmelo y díganme como se me ve el ano.


—Estas sangrando mucha mamacita. —Me dijo mi chofer.


—Se te ve bien abierto. Me dijo el amigo de mi chofer.


—Ábranme las nalgas y comiencen a cogerme de nuevo con el bate, pero sacándolo por completo y metiéndolo a fondo varias veces.


—Se ve que te gusta arto sentirte cogida. —Me dijo el chofer mientras metía el bate por mi ano.


—¡Aaay! ¡Aah! ¡Me duele mucho! —Yo me sentía muy lastimada y cogida, fue hermoso. Mi masoquismo estaba siendo satisfecho. Mi ninfomanía se avivaba.


Me cogieron a si durante una media hora y yo quede sobre el cofre rendida y gozando de ser cogida analmente con ese bate tan grueso.


Al sentir mi culo tan abierto y sensible, la excitación que sentía era desbordante, estaba tan alcoholizada, desinhibida, cachonda y llena de morbosidad por violentar mi cuerpo que le pedí al amigo de mi chofer que dejara el bate y me penetrara con su puño cerrado. El taxista se humedeció la mano con mis fluidos y cerró su puño para comenzar a empujarlo contra mi ano, sentía como mi esfínter anal trataba de abrirse para recibir ese puño, yo trate de relajarme, pero estaba muy nerviosa mis piernas temblaban y el abdomen se me contraía del miedo. Le pedí que lo hiciera con más fuerza y su puño comenzó a entrar en mi culo. Yo sentía como se me desgarraba el esfínter, era deliciosamente doloroso, mis gemidos se ahogaban con mi llanto.


—¡Aaay! ¡Aah! ¡Ah!


—¿Así te gusta?


—¡Ya lo métemela por completo!


Entonces el taxista empujo con fuerza, sentí como si me hubiera golpeado con el puño cerrado en mi culo, su puño entro completamente, sentí como mi culo estaba completamente roto, el reloj metálico que el hombre tenía en su muñeca, me raspo el ano, así que el taxista saco su puño y se quitó el reloj, arremangó su camisa y comenzó a meter su puño dentro de mi culo una y otra vez, era como si me estuviera golpeando, me sentí muy agredida, humillada y violentada, justo lo que quería, había excedido mi limite. Estaba sufriendo más de lo que podía soportar, empecé a llorar y vi como mis lagrimas caían sobre el cofre.


—¡Gracias amor! ¡Gracias! ¡Ya fue suficiente! —Él retiró su puño manchado de sangre.


—Mira como sangraste. —Me dijo sorprendido y con una mirada muy morbosa.


—Mete tus dedos en mi boca. —Le dije con voz dulce y cachonda.


Entonces hice una de las cosas más perversas que he llegado a hacer. Le chupé cada uno de sus dedos, y continué lamiendo mi sangre anal por el resto de su mano, hasta dejarla completamente limpia.


Unos minutos después ellos ya se habían recuperado, así que me arrodille y se las mamé hasta que se vinieron en mi boca, me trague todo su semen y les sonreí con mi cara toda escurrida de rímel por mis lágrimas. Nos despedimos de su amigo, me vestí y mi chofer me llevo hasta mi casa, no me cobró por el servicio, me pidió mi número de teléfono y nos despedimos. Bajé del taxi y caminé hasta entrar en mi casa totalmente cansada con las piernas escurridas de semen y sangre, quedé rendida de inmediato en mi cama y desperté hasta las 2:30 de la tarde.


Al día siguiente amanecí muy adolorida, con mi cuerpo muy maltratado y chupeteado, el culo ya no me sangraba, pero ardía. Me sentí sexualmente plena, satisfecha, absurdamente querida y deseada por los hombres, disfruté de mi cuerpo entre las sábanas, pues aún sentía el placer del semen que esos 8 hombres habían eyaculado en mi interior…

EMBORRACHANDO A MI MAMA PARA FOLLARMELA.

 

Confesión; Anónima.


Todo comenzó cuando entre a su habitación y me dio la curiosidad de ver sus calzones los saque me los restregue y me imagine con ellos a mi mamá hasta q me corrí en ellos y los guarde desde mi deseo era follar a mi mamá (mi mamá tiene 49 años es chaparrita con un culo gordo y rico y unas tetas ricas aunque no se vista sexy pero me encanta).


El chiste es q decidí emborracharla y follarmela; por q de otra manera no lo iba a conseguir, así que conseguí que por pena tome algo de licor. Espere a q el día llegara y fue mejor de lo que pense. Llegó el momento terminamos de comer se fue a la sala y me pidió un vaso de agua se lo lleve no sin antes recordarle sus penas y mejor darle vodka.


Se lo lleve y me fui al baño salí y a los 25 minutos se quedó borracha y dormida. Le hable fuerte la movía y nada, acaricie sus tetas su culo gordo y wow mi verga está durisima le baje el pans y wow q culote tiene y con ese calzón tan rico ni se diga.


Se lo baje le tome fotos antes y sin su calzón le quite su playera y su brassier y le tome todas las fotos q pude hasta q me baje el bóxer y mi verga durisima puse mi cel en un lugar bn y lo puse a grabar.


Metí mi verga en su boca y así por 10 minutos la saque y la puse en 4 y de un golpe se la metí la penetraba duro y la nalgeaba tan fuerte así por 40 minutos.


Se la saque la voltie y le empeze a lamer su vagina peluda era una delicia me paro y se la meto le manoseaba sus tetas y era fuertes las embestidas q le brincaban tan rico sus tetas se la saque y me subí sobre ella.


Me hice una rusa con sus tetas hasta q me corrí en sus tetas, su vagina, su cara y su culote la seguí grabando así con mi semen en todo su cuerpo lo guarde la limpie.


Le puse su ropa la deje acostada y yo me quede viendo la tele y todo estuvo como si nada y este es uno de los relatos de mis familiares iré contando poco a poco como fui follando a mis demás familiares.


Jeje este es una de mis fantasías, un poco loco; pero me deja la polla dura de solo imaginar lo que pasaria.


sábado, 29 de octubre de 2022

A MI ESPOSA NO LE GUSTA EL FÚTBOL.

 

Confesión; Anónima.


Mi mujer detesta el fútbol, no le encuentro sentido correr detrás de una pelota siempre comenta.


Un día q discutimos decidí vengarme e invite a unos amigos a ver un partido en casa sin q ella sepa, era casi las 7pm cuando ella regreso de casa de su prima y vi su cara de molestia, deje a mis amigos un rato luego de saludar a mi esposa en el cuarto me dijo por qué no le avisé, – le dije que sería solo un momento y luego se irían, está bien luego hablamos me quedaré en el dormitorio mientras se van voy a descansar. 😁


Me avisas si me duermo para luego cenar me dijo. Bueno gritos y festejos durante el partido y sus cervecitas e idas al baño. En medio de esto note q uno de mis amigos no regresaba del baño, así q discretamente salí de la sala y fui al baño y estaba vacío.


Me puse a buscarlo y entonces fui a mi dormitorio y vi a mi esposa hechada en la cama de costado con la ropa puesta y su falda remangada dejando ver sus piernas y parte de su rico trasero y a un costado arrodillado en el piso a mi amigo mirando de cerca ese premio.


Ver esa escena me exito y le dije te gusta el se incorporó y me pidió disculpas no t preocupes ocultate en el armario le dije el lo hizo, me acerque a mi esposa y comenzar a manosearla y sobre todo levantar su falda de tal forma q mi amigo lo viera.


Ella despertó y me dijo q haces loco tus amigos se fueron, no le dije pero me dió ganas. Ella se levantó quedándose solo en hilo dental y su blusa puesta se acercó a la puerta y la cerró se acercó a mi y me saco la verga y empezó a chupar. Me puse de un costado para q mi amigo lo viera, mientras ella me lo chupaba.


Yo le hacía señas a mi amigo q miraba por las rendijas de armario, luego la puse de pie la lleve a la cama la hice apoyar con las manos en cuatro y por un costado de su hilo dental comienze a meterle la verga mientras ella gemía y decía tus amigos van escuchar, no creo están concentrados en en partido le respondí, pero si te buscan y viene uno de ellos, entonces le digo q pase y que se una a nosotros le dije bromeando mientras me la cogía metiendo y sacando mi verga.


Mañoso y si lo tiene más grande que el tuyo m dijo mientras reía y gemía de placer, que harías tú le dije continuando su broma a me lo como todito me respondió en serio le dije, si hasta los huevos me lo como me respondió esas alucinaciones me excitaron y mientras la tenía en cuatro le dije espera saque mi verga y le dije voy a cerrar las cortinas así lo hice y el cuarto quedó casi oscuro y volvía a meterle la pinga mientras ella movía su culo mientras golpeaba con fuerza sus glúteos con mi mano.


Le hice señas a mi amigo este salió del armario y le indique que se sacará la verga no te muevas le dije a mi esposa, te vas a venir me dijo no tengo una fantasía espera le dije y con la funda de la almohada le cubrí los ojos has de cuentas que soy tu violador y te e vendado los ojos le dije en broma hecho esto comienze a manosear su cuerpo y sus tetas mientras ella se exitaba me agache y empeze a chuparle su jugosa vagina mientras mi amigo sin hacer ruido ya estaba solo con su camisa puesta.


Deje de chuparle su concha a mi esposa y le dije quieres que te lo meta, si por favor dame todo quiero que me lo metas puse mis manos en sus caderas y me puse a un lado y le hice un gesto con la cabeza a mi amigo y este se acerco a mi mujer q estaba en cuatro al pie de la cama demás está decir q está recontra erecto su pene se acercó a mi mujer y sin tocarla con las manos fue metiendo su pinga.


Mi esposa se exitaba cómo una mujer de la calle, Dios dijo que rico está grueso que delicia por favor demorate que rico así así… sigue ayy que grueso se ha hinchado ah sirvió tu fantasía violador dame todo no m importa q tus amigos me escuchen…


Cómo golpeaba con su trasero a los huevos de mi amigo que quería tocar las caderas de mi mujer para disfrutar mejor, así que puse parte de sabana sobre el cuerpo de mi esposa y ahí mi amigo comenzó a sentir con sus manos el movimiento frenético de mi mujercita que está siendo cogida por mi amigo sin q ella lo sepa.


Me acerco a la oreja de mi amigo y le susurré q podía venirse no hay problema así estuvo buen tiempo cachando hasta q se vino.


Luego se vistió y discretamente se retiró del dormitorio le hice una seña q no contara a nadie lo sucedido, ya luego cuando se fueron mis amigos y quedamos solos luego de cenar me dijo por favor lava los platos estoy cansada, me imagino le dije – te he cogido demasiado creo q se me pasó la mano.


Ella respondió un favor amor me puedes dar tu celu, para q lo quieres le dije. Lo que sucede quiero buscar el número telefónico de tu amigo estaba bueno, me quedé sorprendido nos miramos a la cara y ambos nos reímos, cuál es me dijo para invitarlo pero a él solo se llama Robert le dije me acerque a ella la lleve a la cama y empeze a cogermela.


Ella llamaba a mi amigo y le decía textualmente hola soy la esposa de Jaime, si señora q desea le respondió mi amigo, quisiera hacerlo otra vez contigo puedes venir mañana, pero si su esposo se entera ella se rió y dijo hay pinga gruesa vamos a estar los tres.


viernes, 28 de octubre de 2022

LA PROFESORA QUE ME GUSTA CON SORPRESA.

 


Confesión; Anónima.



Hola soy Sarah tengo 19 años soy una chica de piel clara, cabello pelirrojo rizado, grandes tetas, cintura normal e igual gran culo con grandes piernas y estoy enamorada de mi profesora.


Ella es Elizabeth de 28 años profesora de matemáticas es morena, castaña, igual grandes tetas que siempre tiene tapadas, cintura muy sexi que combina con sus caderas y un culo que hipnotiza a cualquiera que la vea pasar.


Esto pasó hace 4 o 5 meses un viernes que me había quedado hasta tarde en la escuela haciendo tarea y cuando salía de la universidad vi en el estacionamiento a mi Liz y me acerqué a ayudarla llevaba que montones de papeles.


Yo: hola Liz la ayudo?


Ella: si por favor


Yo: y que tanto lleva aquí?


Ella: exámenes de todos ustedes


Yo: Wow y tiene que revisar cada uno usted sola?


Ella: si


En ese momento sabía que era mi oportunidad.


Yo: pues si quiere le ayudo a calificar algunos no tengo nada más que hacer.


Ella: en serio? Sii por favor si no no voy a acabar nunca.


Me subí a su auto con ella y en camino a su casa vi mejor su ropa llevaba un vestido azul pegado que le llegaba a las rodillas las cuales tenían unas sexis medias y tacones altos y de costumbre solo se marcaba sus tetas sin ver más haya. Yo llevaba un vestido suelto negro con estampados de flores que me llegaba igual a las rodillas.


Llegamos a su casa y entramos cargando los exámenes, ya al entrar dejamos las cosas en su mesa y nos pusimos a trabajar yo estaba muy emocionada de estar junto a ella a solas estuvimos con los exámenes un buen rato de vez en cuando parábamos para descansar un poco y hablar y aunque estuviera nerviosa me sentía muy bien con ella.


Ella estaba encargada de varios grupos de la escuela por lo cual tardamos bastante pero acabamos después de unas horas. Sinceramente no quería acabar para no separarme de ella y cuando ya iba a irme vimos que ya era de noche y estaba lloviendo fuerte.


Yo: oh vaya.


Ella: no te vas a ir con este clima verdad?


Yo: pues a dónde más voy jaja.


Ella: hmmm quédate a dormir aquí y ya en la mañana te llevo a casa.


Yo: estaba bien, gracias.


Estaba a punto de saltar de la emoción solo le avisé a mis padres que estaría con una amiga. Ella me ofreció café y nos sentamos a platicar mientras bebíamos ya siendo hora de dormir fuimos a su cuarto y nos metimos a su cama quedando frente a frente por accidente, seguimos hablando y ella acaricio mi rostro y cuando menos me lo espere ¡Me beso!


Fue de esos besos inesperados pero que se sientes muy bien, tomé su rostro para corresponder al beso, mientras nos besamos sentí sus manos levantar mi vestido hasta quitármelo y yo hice lo mismo bajando el cierre del suyo, quedando ambas en ropa interior.


Ella llevaba un conjunto de lencería negra desde el sostén a sus bragas de encaje y medias hasta los muslos. Yo llevaba un sostén y bragas de encaje rosas.


Su mano en mi cintura bajo y se meto a mis bragas frotando mi coño que empezaba a mojarme y yo hice lo mismo esperando encontrar un coño pero en su lugar sentí un duro bulto y al abrir los ojos vi un gran y rico pene salir de sus bragas.


Yo: pero que?


Ella: oh si lo olvide... Soy una chica trans.


Me quedé sorprendida había imaginado muchas veces como le comería el coño pero ver su pene fue sorpresivo. Vi como después de mi reacción ella se iba a vestir de nuevo y tome su pene para masturbarlo.


Yo: está bien, te ves hermosa y me gustas mucho


Ella me vio con una linda sonrisa y yo bajé a su entrepierna quitando sus bragas y viendo se verga dura y madura. Estaba aún nerviosa y ella me estaba viendo así que lo metí suave a mi boca y lo empecé a chupar de forma dulce y ella empezaba a gemir suave pero de forma muy rica.


Puso una mano suya en mi cabeza para acariciarme y sus dulces gemidos me excitaban más y me empeñaba más en chupar su verga y ella guiaba mi cabeza donde quería que chupara. Yo empinaba mi culo y con su otra mano jugaba con mis nalgas y tocaba sobre mis bragas mi coño húmedo.


Se la chupe un buen rato y luego ella me separo y me sentó igual que la abriendo mis piernas, me quitó las bragas y me empezó a dar un oral muy rico empecé a gemir de inmediato y pegar más su cabeza a mi, ella me miraba de forma sexi moviendo su lengua y yo me ponía nerviosa al ver a la mujer que me gustaba hacerme un oral.


Ella lo estaba disfrutando mucho y cuando sintió que me iba a correr se separó y subió a besarme yo con el sabor de su verga en mi boca y ella el sabor de mis jugos lo cual fue más rico. Con su verga rozando mi entrada me dijo.


Ella: oye no tengo condones


Yo: está bien tengo un anticonceptivo


Ella sonrió de forma tierna y la empezó a meter mientras yo desabrochaba su sostén y ella el mío. Cuando vi sus tetas, con pezones morenos, que había deseado tanto no me contuve y las empecé a chupar ella se excito más cuando lo hice.


Mientras hacia eso no podía ignorar su verga que entraba despacio en mi coño caliente y húmedo y vaya que la tienen grande, solté sus tetas para poder gemir mientras ella me daba besos por todo el cuerpo y chupaba mis tetas, con pezones rosas, mientras su verga se abría paso dentro de mi.


La metió toda y de inmediato se empezó a mover dándome embestidas muy ricas que me hacían gemir bastante, de vez en cuando mis gemidos eran interrumpidos por besos suyos y mientras nos besamos nuestras tetas se frotaban entre ellas y nos tocábamos todo el cuerpo sin parar.


Había momentos en los cuales se separaba un poco de mi para ver cómo mi cuerpo saltaba por sus embestidas y lo hacía más rápido para verme gemir mas y mis tetas rebotar. Esa posición era muy buena porque en un momento note que se le estaban cansando las piernas y le dije.


Yo: estás bien hermosa?


Ella: si nena, solo que mis piernas se están cansando


Yo: quieres que me mueva yo?


Ella: si por favor.


Me abrazo y acomodo las piernas ya estado sobre de ella empecé suave pero ya me había acostumbrado a lo duro así que me movía cada vez más rápido y ella gemía más lo cual me excitaba y hacia gemir mas también. Nuestras tetas rebotaban con rudeza sin dejar de tocarnos.


En esa posición sentía que me entraba más su verga lo cual me gustaba mucho, era sorprendente verla seduciéndome con la mirada y sus tetas mientras sentía toda su verga penetrarme con fuerza pensar en todo eso hizo que me calentará bastante y tuviera un orgasmo con squirt.


Yo: aaah, Liz, me gustas mucho, gracias por esto.


Ella: tu también me gustas Sarah, eres muy linda.


Mi coño tuvo su orgasmo y el squirt nos mojó a ambas al salpicar pero principalmente a la cama y nos besamos para que al separar los labios me dijera de cerca.


Ella: Sarah hermosa, me voy a correr.


Yo: Sii, dámelo dentro Liz, por esta vez, por nuestra primera vez amor.


Cuando dije "amor" algo paso dentro de ella y empecé a sentir su semen salir dentro de mi coño y como su verga palpitaba al hacerlo. La bese mientras tenía su orgasmo dentro de mi y nuestras tetas se presionaban entre las dos.


Termino de correrse y sentía que era bastante, la bese más en la boca y demás partes mientras ambas tomábamos un respiro. Saqué su verga y me acosté en la cama llena de sudor y squirt ella hizo lo mismo y charlamos un rato mientras me hacía cariños sin saber en qué momento me quedé dormida.


Y esa fue nuestra primera noche actualmente somos novias muy felices teniendo suficiente sexo y ya jeje. Espero que les haya gustado mi relato

ESCURRIENDO DE SEMEN EN EL CINE.

 


Confesión; Anónima.


Soy Julieta vivo en Guadalajara Jalisco México tengo 26 años y soy una mujer muy de mente abierta y me encanta mucho experimentar nuevas cosas con mi esposo y llegar ambos al parecer soy de cuerpo atlético 95-60-97 y me encanta vestirme muy provocativa para ver qué surge.


Una tarde mi esposo llegó y me dijo que me pusiera bella y sexy como lo sabía hacer que me llevaría a un lugar para conocer juntos. 💕😂


Me arregle y me puse un vestido corto y tacones altos; pero en la puerta de la casa me detuvo mi esposo y me bajo los calzones y me dijo a dónde vamos no los vas a necesitar y fuimos a un lugar bastante de mala muerte; pero entramos me emocioné mucho cuando entre y en cuanto entramos sentí la mirada de varios hombres al verme pasar.


Nos fuimos casi al final y me senté en las piernas de mi esposo mientras le acariciaba su entre pierna observaba cómo alrededor de 30 hombres se masturbaban y otros tenían sexo oral y anal por todos lados.


No pasó mucho cuando 3 hombres se pusieron a una fila de nosotros y me comenzó a acariciar mi vagina, mi esposo me abrió las piernas mostrándoles como me masturbaba los hombres sacaron sus vergas para tocarse y mi esposo me dijo ves que puta eres ahora vé a ayudarles a esos hombres que exitaste.


Me levanté y camine hacia ellos me arrodille y tome con mis manos dos vergas y la otra con la boca ellos me decían que obediente puta tiene ese hombre y me decía voltea a verlo cuando me la estés chupando puta que vea que eres una puta traga verga.


Me levanté y me dijo uno que me pusiera contra la pared y abriera mis nalgas me azotó el culo y me dijo hasta sin calzones vienes espero que te guste el semen por qué hoy vas a llevar en tu boca tu puchita y tú ano y le dije que si que me diera mecos.


Mientras yo chupaba las ricas vergotas de los otros le me cogió muy duro hasta eyacular dentro de mi y siguió el otro por el ano también duricimo hasta eyacular cuando el otro seguía llegaron más y mi esposo me dijo hasta que ellos te quieran dejar de coger puta para eso me trajo para que satisfaciera a todos hasta que esté tan abierta de todos los agujeros que se salgan solos los mecos.


Perdí la cuenta cuando llevaba 15, varios repitieron estuve 5 horas sirviendo de basin de mecos pero jamás a vía tenido tantas vergas haciéndome sentir mujer.


Yo les dije que gracias por dejarme hacerlos felices no tenía palabras para agradecer a mi esposo pero cuando llegamos a casa me dijo puta zorra que hermosa te ves escurriendo de semen ponte a gatas te voy a dejar los míos también.


Obviamente llevamos una vida sexual muy abierta siempre que el me de permiso yo me dejó coger por desconocidos y hasta sus compañeros de trabajo.


jueves, 27 de octubre de 2022

SOMETIDA POR UNA PAREJA GAY

 


Confesión;Anónima.


Fue algo casual que sucedió hace mucho tiempo, cuando apenas estaba aprendiendo a ser una buena sumisa, en una de mis noches de vestirme de mujer y buscar aventuras encontré un anuncio de una pareja gay que buscaba una travesti como yo para una noche de sumisión, envié un correo a la dirección que ponía el anunciante y un par de días después me respondió, me dijo que él y su pareja querían tener una experiencia con una travesti de closet, querían castigarme, humillarme y someterme juntos, de entrada su propuesta me excito mucho así que respondí con algunas fotos en vestido y pidiendo más información para estar segura.


Después de intercambiar algunos correos con fotos incluidas, ya segura de que se trataba de una pareja y del tipo de experiencia que íbamos a vivir, nos encontramos en su apartamento.


Fue un sábado en la noche, yo llegue con mi morral lleno de ropa interior femenina, un par de vestidos, pijama, medias, maquillaje, entre otras cositas femeninas, después de pasar rápidamente la portería llegue al apartamento y encontré le puerta abierta, al entrar los encontré en la sala, nos saludamos y me indicaron que fuera al baño a cambiarme, yo rápidamente fui y me coloque la ropa que ellos querían que usara, la habían elegido por mis fotos, así que me puse un vestido pegado blanco de flores, con pantis y sostenes de encaje rosados, unas medias de liguero blancas, zapatos de mujer blancos y me maquille bien bonita, al salir prontamente estaba en la sala donde ellos me miraron de arriba a abajo y mientras me entregaban un vaso con licor me decían lo bonita que me veía así vestida de mujer.


Nos sentamos en la sala y conversamos un rato, todo sobre mis gustos y los de ellos, ya con el segundo trago me preguntaron si quería comenzar a ser su sumisa, yo les dije que sí, que lo deseaba desde que cruce la puerta, entonces me ordenaron me comenzara desfilando para ellos, yo obedecí y mientras lo hacía me fueron diciendo como posar, como moverme y exhibirme para ellos, luego de posar un rato me senté en las piernas de uno de ellos y comenzamos a besarnos mientras el otro metía sus manos por debajo de mi faldita, yo estuve cambiando de bocas un rato muy excitada y fui poniendo mis manitos sobre sus ricas vergas, así mientras me besaba fui abriendo sus pantalones, ya calientes me dijeron que era una perrita, que iban a disfrutar mucho sometiéndome como una perra en celo, entonces uno de ellos fue por mi primer regalo de la noche, era un collar de perrita con una placa, mientras me lo ponían me dijeron que mi nombre de perra seria CUQUITOS y que a ellos en adelante los debía llamar AMO.


Con el collar puesto me llevaron a un patio en donde me amarraron mis manos por encima de mis hombros, así se dedicaron a meter sus manos por debajo de mi faldita haciéndome gemir, uno de ellos comenzó a darme nalgadas mientras el otro levantaba mi falda y me pregunta si me gustaba, si era una perra, si era su sumisa, yo respondía entre gemidos que sí, y mientras lo hacia recibía palmadas cada vez más fuertes, entonces sentí como me tomaron por detrás por la cadena y mientras me decían que era una puta sentí la primera verga en mi colita, la paso por mi culito haciéndome gemir y rogar como una hembra en calor, eso lo éxito más y corriendo mis pantis comenzó a meterla así toda dura por mi culito, yo ya estaba un poco mojada de la excitación y tenía mi culito muy rojo por las palmadas, así que lo sentí mucho, me dolió un poquito pero me gustaba un montón, así que me deje llevar y pare lo más que pude mi culito, él lo noto y dándome una nalgada lo metió todo hasta adentro, me lleno toda con su verga mientras su novio me humillaba, me daba una que otra cachetada y metía sus dedos en mi boquita, estuve así culiada un rato, el me monto toda sin compasión y animado por su novio quien a la par que me humillaba animaba a su macho a llenarme el culo de leche, así estuvimos hasta que él se puso mucho más duro, mas rígido y besando a su novio comenzó a venirse en mi culito, comenzó a llenarme de leche, como una puta, sentí como mi culito se llenaba de líquido, de semen caliente, me sentí como una hembra mientas él se venía bien adentro de mi culito. Cuando termino comenzó el segundo turno, este fue mucho más rápido pues mi colita ya estaba muy caliente y mojada, pero mientras me comía me dio muchas nalgadas, me ahorco con mi correa de perrita y me humillo durante todo el tiempo tratándome como una sumisa, como una perra esclava, como una hembra en celo, como una escala de su verga, como una sumisa que solo deseaba complacerlo, yo obedecía como hipnotizada por sus palabras y solo decía que si entre gemidos cada vez que me preguntaba algo, solo decía gracias también entre gemidos cada que recibía una nalgada y me moje toda en los pantis que aun tenia puestos cuando sentí como me llenaba con su leche, como se descargaba adentro de mi culito. Me moje toda sintiendo su leche, sientiendome mojada, caliente y con el culito muy abierto.


Cuando termino mis piernas temblaban de la excitación, y casi no era capaz de seguir estando de pie, uno de ellos me soltó las manos de la viga a la que estaban atadas y luego de amarrarlas juntas me ayudo a caer tendida en el piso en donde aprovecho para atarme las piernas juntas, levanto mi faldita y bajo mis pantis hasta mis muslos, así me dejo y se sentó junto su novio a tomar algo y mientras él se recuperaba y miraba como su leche salía de mi culito. Cuando se recuperaron tomaron mi correa y haciéndome andar en cuatro de rodillas como una perra me volvieron a llevar adentro, esta vez a su habitación en donde estaba preparada mi siguiente sorpresa, una pijama de bata rosada semitransparente con pantis y sostenes blancos de encaje, pantimedias, guantes y un juego de manillas y tobilleras de cuero con argollas para tenerme amarrada a su antojo, además de un par de vibradores, látigos y un mueble diseñado para que tuviera mi carita en el piso mientras mi colita estaba muy parada, sobra decir que me desamarraron y luego de ir al baño a cambiarme y limpiarme, volví y en poco tiempo ya estaba amarrada y recibiendo azotes en mi colita mientras gemía y rogaba seguir siendo sometida, castigada y humillada.


Lo primero que hicieron fue atarme al mueble que hacía que hacía que mi culito estuviera a su disposición, y mientras me daban nalgadas fueron subiendo mi pijama y metiendo sus dedos entre mis pantis llenos de lubricante, usaron varios unos más calientes y otros fríos, luego corrieron mis pantis y siguieron los dildos, primero uno grueso, luego uno más delgado y con vibración, yo gemía y me dejaba hacer de todo excitada como una hembra en celo, ellos me trataban como una perra sucia, como una mariquita sumisa, me hacía de todo en mi culito y cuando menos pensé hasta tenia los dedos de los pies de uno de ellos en mi boquita y los estaba chupando y lamiendo muy excitada, creo que eso calentó mucho a uno de ellos pues rápidamente sentí como la primera verga entraba en mi culito, la metió duro y hasta adentro, me comió muy rápido y de forma dura mientras jalaba mi pelo y me daba nalgadas, termino rápido y adentro de mi culito, me dejo llena de su leche, excitada y con ganas de mas, entonces comenzaron los azotes, su pareja me comenzó a pegar mientras me trataba como una perra, me decía que era una puta, que me encantaba la leche, que tenía el culo lleno de leche, yo entre gemidos daba las gracias por cada azote y decía que si era una perra, que era una puta, que me encantaba tener el culo lleno de leche, entonces el tomo un plug grueso y después de meterlo en mi culito me desato del mueble y me llevo a la cama haciéndome ancar en cuatro como una perrita, allí estaba ya acostado y en recuperación su pareja, entonces me indico que me subiera a la cama y limpiara su verga con mi lengua, yo obedecí feliz de chupar esa rica verga, de tomar los restos de semen que veía en sus muslos, así que lo limpie muy obediente y femenina.


Cuando lo volvió a tener duro y parado ellos se acostaron en sentidos contrario entrelazando sus piernas y dejando sus dos ricas vergas juntas, pegadas la una a la otra, lo mismo sus hermosas bolas, lo primero que me ordenaron fue chuparlos, lamer sus vergas, sus bolas, besarlas como una hembra, yo obedecí feliz y hasta logre meter las dos vergas al tiempo a mi boquita y chuparlas, luego de un rato me indicaron que era tiempo de tenerlas en mi culito, yo me puse arriba de ellos y me acomode de rodillas con las piernas abiertas justo en el lugar para que sus vergas pudieran comenzar a entrar juntas en mi culito, no fue fácil y usamos mucho lubricante, pero un rato más tarde estaba brincando como una perra en calor encima de sus vergas mientras ellos disfrutaban y me hacían sentir como la más sucia de las perras sumisas, así estuve hasta que sentí como el primero de ellos lleno mi culito de leche, se sintió delicioso y mi culito comenzó a apretarse más al sentir ese líquido caliente adentro, eso hizo que el segundo terminara y al hacerlo me excito toda haciéndome mojar toda encima de uno de ellos, así jadeantes terminamos y luego de ponerme nuevamente el plug para mantener la leche adentro me indicaron que debía limpiarlos con mi boquita y tomarme toda la lechita que se había regado, yo los obedecía sumisa, obediente y muy agradecida.


Sobre decir que mis premios fueron toda la ropa que use con ellos, además de algunos extras que tenían de sorpresa.

UN SHOW ESPECIAL PARA MI VECINO

  Confesion; Anonimo. Hola, mi nombre es Victoria tengo 28 años y vivo junto a mi pareja de 31, ambos trabajamos, aunque él es un hombre más...